martes, 29 de septiembre de 2015

Nadie va a extrañar a Pedro.


He tenido muchos oficios, pero ninguno dejo tantas cosas que contar como los restaurantes.
La gente ve normalmente a los restaurantes como un lugar relajante, al cual van a comer la comida que les gustaría poder cocinar pero les da demasiada pereza preparar.
Mientras los clientes disfrutan, dentro de la cocina es un campo de batalla. Todos contra el enemigo, el comensal.

Uno tiene que convivir por horas con un grupo de personas en un espacio pequeño trabajando por tiempos a altas temperaturas. Pocos entenderán realmente lo que eso significa.
Cabe mencionar que cada persona es una situación diferente, no sabes que problemas tiene o si usa drogas fuertes.

Mayormente los empleados suelen ser personas humildes, y una vez que trabajas en un restaurante, y logras sobrellevarlo, se vuelve un oficio recurrente.
Por tercera vez trabajaba en un restaurante, ya había olvidado lo que era ir a la guerra.

Me costó trabajo adaptarme pero con los días se volvió llevadero.
Sin embargo, esa vez era diferente, nunca había trabajado en una cocina tan grande  y con tantas personas al mismo tiempo, era una experiencia nueva para mi.

Lo que más me dejo que contar fueron esos compañeros y todas esas experiencias, esas que parecería increíble que sucedieran en una cocina.
El restaurante se llamaba “Remadero”, era de una familia asalariada, era el cuarto restaurante que abrían. Había escuchado historias de que el restaurante anterior había cerrado por estar relacionado con la mafia. No lo creía, pero tampoco podía descartarlo viviendo en un país tan violento.

El señor Roberto era el dueño y el chef del lugar, pero sus hijos lo administraban. Su esposa solo supervisaba a todos. Su hijo Leonardo era el verdadero jefe. Su hija Isabela estaba en recepción y ayudaba con la contaduría.
Leonardo tenía cerca de los 30, unos pocos años más que yo, y su hija tenía 24 aunque se veía mayor.

Me parecían un tanto gansteriles, pero daban más la impresión de ser buena gente, al menos con los clientes…

Parecía que el señor Roberto había mimado mucho a su familia, volviendo a sus hijos unos Juniors.
El parecía ser una buena persona con una familia un tanto desagradable, pero el era feliz y tenia una buena vida, porque molestarse por familiares patanes? Si todos tenemos patanes en la familia.
Luego conocí a Ricardo, el “Richi”, el hijo menor del señor Roberto. El más consentido.
Él era el mal.

Después de unos días reconocí a Ricardo, un muchacho de 22 años con un alto historial delictivo.
Un año atrás Ricardo se vio envuelto en un escándalo en el cual se le relaciono con el homicidio de una prostituta, la cual decían las malas lenguas que Ricardo la mato porque se negó a llevar acabo un acto sexual un tanto extraño  y la prostitua lo hizo ver como un “enfermo”.
Ricardo humillado la asfixio con una almohada.
La noticia fue sofocada en los medios por que el señor Roberto pago una gran suma de dinero a los medios locales para no traerle mala reputación a sus Restaurantes.
Pero ya era demasiado tarde, todos sabían lo que había hecho Ricardo y lo que puede hacer el dinero en México.  Así fue como evadió una condena de al menos 30 años.
Literalmente pago por su libertad. Porque para que quieres tener dinero si no puedes gastarlo estando en prisión?

Ricardo tenía una economía diferente al del resto de su familia por los ingresos que tenía por parte del lavadero de dinero que hacía. Sin mencionar otros de sus negocios con sus “socios”
Puro lindo personaje, nunca supe sus nombres pero los vi un par de veces, se podía ver que habían perdido el camino hace mucho.
No obstante a la situación en la que estaba relacionada el restaurante , yo estaba satisfecho con ese trabajo.

Mis compañeros eran todos unos cliches, personajes de películas independientes, esterotipos bien marcados.
Edgardo y Daniel pasaban los 30 y siempre hablaban sobre anime, eran gentiles.
Había dos señoras, no recuerdo sus nombres, eran demasiado mal habladas y les gustaba hablar públicamente de sus vidas sexuales.
No era grato, ya se encontraban en edad avanzada y se podía notar que tuvieron muchos hijos.

También estaba Julio que era casi de mi edad y daba la casualidad que su mejor amigo era un compañero de la universidad. Me llevaba bien con el por qué al inicio me ayudo cuanto pudo para que aprendiera a hacer las cosas.
Estaba Renata que llegaba casi a los 30, una mujer de complexión delgada y pequeña estatura, me parecía que venia del sur del país.

También trabajaba con un puño de meseros, todos iguales, nunca me aprendí sus nombres.
También estaba el señor Pedro, el hijo de puta del señor Pedro.
No tarde muchos días para identificarlo. Era un señor de más de 50, tenía un par de semanas más que yo en el trabajo, era de esas personas que trataban de quedar bien y siempre andaba de lamehuevos.
Notaba como trataba de hacerme ver como un mal empleado queriendo ayudarme en todo insinuando que no lo hacía bien, también me percate como me decía como hacer las cosas de tal manera que las hiciera mal sin darme cuenta.
Si de algo estaba seguro era de que yo no era tan pendejo como el Señor pedro, el “Compa”.

A mí me enseñaron a respetar a mis mayores, pero no me dijeron que había hijos de puta de todas las edades.

Conforme los días pasaban mi odio por el señor Pedro se volvía más grande.
Un día pensé en degollarlo mientras el lavaba los platos, pero luego recordé que yo no tenía dinero para evadir la cárcel, y que aparte necesitaba el trabajo, además ya había lidiado con gente pedante en trabajos previos, solo era cuestión de hacer el trabajo y ya, al llegar a casa podría pensar en mil maneras de matarlo y dormir agusto.

Después de unos meses pude comprobar mis sospechas sobre el Restaurante y como es que Ricardo lo usaba para lavar dinero.
Una noche me atrase con la limpieza y solo quedamos Pedro y yo.

Mientras limpiaba escuche un frenon en el callejón al que daba la cocina del restaurante.
Era Richi,  venia demasiado alterado.
Nos pidió al señor Pedro y a mí que le ayudáramos a bajar algo del carro.
En la cajuela había un tipo ensangrentado que apenas podía respirar.
Richi regreso con un cuchillo y le tiro varias puñaladas al torso cara y cuello.
Nunca había visto que mataran a alguien, pero no me impacto tanto como creía que lo haría, a decir verdad el tipo parecía ser un pendejo que seguramente también estaba involucrado en los mismos negocios turbios.

Bajamos al tipo del carro y lo pusimos sobre una mesa en la cocina.
No tenía ganas de trabajar horas extra ese día, y menos de cortar 120 kilos de carne de un pobre cabrón.

Ricardo estaba paranoico, y le parecía que había que hacer algo más con el cuerpo para que nadie nunca lo encontrara, fue ahí cuando se puso exótico y nos pidió que cocináramos el cuerpo para después alimentar a los perros que rondaban en el callejón.

El señor Pedro se veía un tanto trastornado con lo que hacíamos, yo solo quería llegar a casa a terminarme una botella de ron y dormirme.
Eran casi las tres cuando terminamos. Ricardo dijo que podíamos irnos,  el se quedaría a ver a los perros comer para asegurarse que se comieran todo. Pero antes nos advirtió que seriamos comida para los perros si hablábamos al respecto.

El señor Pedro y yo caminamos a donde pasan los taxis, poco antes de llegar, Pedro vomito en un arbusto, me seguí caminando y me alcanzo en una banca.
Pedro se veía nervioso, y me dijo que quizás debíamos denunciar a Ricardo a la policía.
Le comente que no tenía caso y que al menos yo no pretendía ser comida para perro.

Paso mi taxi y fui a casa.
Al día siguiente el señor Pedro estuvo insoportable y cada que podía hablaba sobre la noche anterior.  Incluso me amenazo en denunciarme como cómplice.
Me pidió que lo recapacitara y que habláramos con un primo de él que era abogado.
Pero después que me amenazo estaba seguro que no sería participe de nada que me relacionara con él.
Nadie me amenaza.
Nadie.

Ese día me volví a atrasar y fui el último en salir, en el callejón estaba Richi fumando y bebiendo, me ofreció una cerveza  y la acepte, se puso a hablar conmigo como si no hubiera pasado nada la noche anterior, inclusive me enseño unas fotos de unas prostitutas con las que había hecho un trio, antes apenas sabia mi nombre y ahora me invitaba cerveza.

Después de unas cervezas decidí retirarme. Entonces pensé que mañana trabajaría otra vez con el señor Pedro y tendría que aguantar sus cosas.
Me detuve y regrese a decirle a Ricardo lo que el señor Pedro pretendía hacer y cómo joderia todo. Ricardo se exalto y empezó a maldecir a Pedro y a decir como siempre supo que era un hijo de puta y que nunca le agrado, pero concluyo en que cocinarlo era muy tardado así que simplemente lo tiraría a las afueras de la ciudad, así como hizo con la prostituta.

Nadie va a extrañar a Pedro


Nadie va a extrañar a esa puta.

sábado, 11 de julio de 2015

La Fin Absolue Du Monde

Después de que se terminó el mundo comprendí muchas cosas.
Fuimos una generación muy decadente y auto engañada.
No podíamos estar más equivocados.

Pero eso ya era lo menos importante.
Lo importante era seguir vivo, aunque no pareciera tener una finalidad.
Todos habían desaparecido, ciudades enteras, millones de personas que simplemente ya no estaban. Yo sabía por qué quería seguir viviendo. Por qué para mí las cosas eran mejor así. Digo estuve solo 32 años, no había mucha diferencia.
Aunque si extrañaba muchas cosas.

Extrañaba pasar días acostado viendo películas y series.
Extrañaba mis intentos diarios de hacer algo sobresaliente que siempre eran vencidos por la desidia o por la depresión.
Extrañaba poder tomar un baño largo con agua caliente mientras me fumaba un cigarro.
Extrañaba la comida rápida, pero extrañaba más cocinar con un gran repertorio de ingredientes a mi disposición.
Extrañaba todos mis vicios y malos hábitos.
Extrañaba despertar en situaciones confusas.
Pero sobre todo extrañaba a las mujeres.
Lo mejor y lo peor en lo que a mí respecta eran las mujeres.

Recuerdo la sonrisa de todas.
Recuerdo verlas despertar avergonzadas por no tener una sola gota de maquillaje en sus rostros.
Recuerdo como les molestaba mi actitud tan negativa, pero aun así siempre sacaban lo mejor de mí.
Recuerdo cuando se preocupaban de sobre manera, no las culpo, en aquel entonces hacia pendejadas a diestra y siniestra.

Pero todo eso se había acabado.
No más fiestas de cumpleaños.
No más comida rápida.
No más llamadas por las madrugadas.
No más conversaciones banales e intrascendentes.

Ahora pasaba mis días haciendo lo que siempre quise hacer y no pude, recorrer el mundo.
Por desgracia estaba atorado en el continente americano por mi falta de conocimiento en navegación y aviación. Pero tenía todo el tiempo del mundo para aprender a hacerlo.

Cada que entraba a una casa podía darme una impresión de la vida que tenían las personas que vivían ahí.
Podía imaginar cómo eran sus vidas diarias, sus alegrías, sus enojos, sus tristezas, hasta sus más oscuros secretos.

Rara vez se veía algún animal, generalmente veía aves, y otros animales que me parecía imposible identificar, quizás solo era mi imaginación jugando conmigo, no sabría decir a ciencia cierta si estaba desvariando o si en realidad era una liebre lo que había visto.
Me hacía pensar en el cuento de Alicia en el país de las maravillas, sabía que seguir a un conejo no sería bueno.

Por alguna extraña razón disfrutaba el vandalismo.
Le prendí fuego a varios edificios que me traían malos recuerdos.
Incendie la casa de una ex novia, la de un tipo que me caía mal y la de una profesora que me reprobó en la preparatoria.
Todo seguía igual, era un mal innecesario, porque realmente no era un mal.
Era un resentimiento absurdo que cargaba por años, después me dejo de importar ese tipo de actividades.

Cuando extrañaba a alguien visitaba sus casas.
Procuraba pensar en los buenos momentos antes de que todos desaparecieran.
Procuraba no pasar mucho tiempo en el mismo lugar.
Cuando lo hacía me sentía enfermo, sentía como envejecía lentamente, sentía como moría.

La curiosidad de conocer otros lugares me mantenía vivo, más que la idea de encontrar a otra persona, eso me parecía poco probable y aunque así pasara existían grandes posibilidades de que esa persona fuera poco grata o que se hubiese quebrado por la isolacion, en pocas palabras, un salvaje.


Así estaba bien.
¿Para qué complicarse?

 Y los días pasaban, y nada cambiaba.




Enfermera: Doctor, disculpe que le pregunte, pero ¿qué haremos con el paciente en coma de la habitación 114? La familia dejo de pagar los gastos y le está costando mucho al hospital. Ya lleva en coma 2 años y no presenta mejorías.

Doctor: Mire señorita, el paciente de la habitación 114 no es un asunto de su incumbencia. Ese hombre vale más vivo que muerto.

jueves, 14 de mayo de 2015

Como venderle el alma al diablo y no ser timado.

No recuerdo cuantos años tenía, pero era lo suficiente mente pequeño para asombrarme por cualquier cosa. Fue en aquel entonces que escuche hablar por primera vez acerca del Diablo. Yo nunca creí en Santa Claus, era más del tipo de niño que creía en el chupa cabras, pie grande, el monstruo del lago Ness y el sujeto que cortaba orejas a niños que no querían cortarse el cabello (esto último era una historia que mi abuelo me contaba para que accediera a cortarme el cabello). Al igual que a muchos, me presentaron al diablo como la contra parte de dios, su archienemigo, con quien libraba una batalla desde el principio de los tiempos. Aunque le tenía miedo a la idea de cometer los suficientes pecados para hacerme acreedor de una eternidad en el Infierno, me sentía bastante inquieto ante el tema, la verdad es que me llamaba más la atención saber sobre el diablo que saber sobre dios. Tenía unos 11 o 12 años cuando por primera vez pude saber más sobre el tema. Mi padrastro solía comprar una revista, no recuerdo si era ¨Conozca Mas¨ o ¨Muy Interesante¨ solo recuerdo que era una de esas dos. Era un especial centrado en demonios, el infierno y el supuesto rey de las tinieblas. Trataba sobre la historia del ángel caído, los distintos infiernos y las jerarquías que manejan los demonios. Pero sin duda lo que más me llamo la atención fue el origen de Lucifer, un ángel caído, un ángel que se opuso a dios y fue desterrado del cielo. En el catecismo me enseñaron que fuimos creados a la imagen y semejanza de Dios, quien supuestamente es perfecto. Pero los seres humanos estamos muy lejos de llegar a la perfección, de hecho, el ser imperfectos es lo que más humanos nos hace. A mi parecer el diablo me parecía más humano, porque no era perfecto, sentía envidia o mentía, algo que a mi parecer es bastante humano, aunque sea considerado pecado, pero ¿acaso ninguno de nosotros peca en la vida diaria? Mi inquietud se reforzó más al saber que el supuesto hijo del diablo nacería un 6 de junio, así como el día que nací yo. Recuerdo el día que cumplí 14 años en el 2006, la verdad es que no quería ir a la secundaria, sabía que me haría calzón chino, ley del poste o alguna otra humillación pública. Los que me conocen sabrán que en aquel entonces era gordo, y eso para mí era suficiente sufrimiento en la vida. Pero como mi madre no me dejo faltar a la escuela tuve que sobrevivir el día. Trate de pasar desapercibido, pero no lo logre, mis pocos amigos me felicitaban cuando me veían y eso notifico a los demás. Fue entonces cuando empezaron a comentar sobre mi cumpleaños, lo curioso fue que solo hacían comentarios referentes al anticristo y al fin del mundo, me preguntaron ¿Qué harás si te salen cuernos y cola? ¿No te da miedo ser hijo del diablo? Yo solo me reía y decía que si eso pasaba iría tras todos ellos. Curiosamente ese mismo día se estrenó en el cine un remake de la profecía, misma que fui a ver ese mismo día. Pasó el tiempo y fui creciendo con esa curiosidad. Vi bastantes películas y documentales, pero no fue hasta hace un par de semanas cuando empecé a investigar sobre un tema relacionado: Como venderle el alma al diablo. Antes de empezar a investigar tuve unos días muy malos, supongo fue ahí cuando tuve la idea de venderle el alma al diablo. Así como los que recurrían a dicho trato, eran personas bastantes desdichadas y desesperadas como para recurrir a semejante trato. Se supone que al igual que con las posesiones demoníacas, el diablo se ve atraído por la miseria humana, la tristeza y el odio, básicamente, Yo. Una noche decidí buscar en internet tutoriales para venderle el alma al diablo. Encontré artículos muy completos y otros de esos apantalla pendejos, anuncios de charlatanes y pseudo brujos que te ayudarían a vender tu alma, pero ¿Para qué chingados pagarle a un intermediario si puedo hablar directamente con el jefe de jefes? Cuando encontré el método que me parecía más factible, hice una lista de compras por que necesitaba velas rojas y negras y mamadas de esas. Entonces me di cuenta de que venderle el alma al diablo ya no era una idea, realmente lo iba a hacer. Me di cuenta de que quizás había perdido los estribos por fin, pero siendo una persona curiosa me era inevitable estar tan interesado en el tema. Después de reflexionar lo que iba a hacer me cuestione a mí mismo ¿Qué quiero a cambio de mi alma? En ningún lado encontré una manera de valorar mi alma, digo, no creo que valga más que la de otros. Pasaron algunos días y seguía con esa pregunta en mi cabeza ¿Qué quiero tanto en la vida como para venderle el alma al diablo? Poderes sobrenaturales? Dinero? Amor? Salud? La verdad es que en lo único que pensaba era en ser un exitoso director de cine. Ya sabía lo que quería, ahora sí, estaba decido a condenar mi alma al eterno sufrimiento en el Infierno. Pensaba que de todas formas ya me lo había ganado con las cosas que he hecho, qué más da vender algo que te iban a embargar? Luego surgieron más preguntas ¿Cómo sé que puedo confiar en este cabron? ¿Qué tal si me tima? ¿Y si recurro a un abogado? ¿Algún abogado estaría dispuesto a asesorarme? La cosa se estaba complicando más y más. Ya no estaba seguro de que fuese buena idea condenar mi alma, dado a que no hay clausulas ni leyes que apliquen contra Satanás. Pasaron unos días y deje de pensar en ello y me enfoque en otros proyectos. No fue hasta un día que llegue a casa algo tomado y dije, es ahora o nunca. Seguí las instrucciones al pie de la letra, lo intente dos veces y nada, en este punto llegue a pensar en que Satanás era un hijo de puta huevon que no podía atender a un cliente, sin embargo lo intente una vez más. Fue entonces cuando una brisa azoto la puerta y la abrió y sentí un dolor en el pecho, como si me quemara. Lo había logrado, vendí mi alma al diablo, o al menos eso creía. Nunca antes en tan poco tiempo había sentido tanta inspiración para escribir. Me mareo de tantas ideas que tengo y pienso que más de una puede llevarse a cabo. Ahora solo debo preocuparme de conseguir un buen abogado para cuando el diablo venga por mi alma, así como en ese episodio de los Simpsons.

viernes, 8 de mayo de 2015

Peor que le cortaran la garganta fue ahogarse con sus propias palabras.

Hace casi 8 años, estaba sentado frente a mi computadora, en aquel entonces vivía con mis padres, no tomaba y leía las aventuras del Tapiocadas. Era gordo e infeliz, ahora nomas soy infeliz. Fue entonces cuando decidí que yo también podía escribir, en aquel entonces sentía que tenía mucho que decir, aun lo siento, fue entonces que empecé un blog. Al principio escribía historias ficticias, después me gano la melancolía y lo use como un medio para des estresarme, sin embargo llegue al punto en que quizás lo que quería escribir era demasiado personal y debía guardarlo para mi, aparte ya saben como es la gente en internet que es puro maltrip. Pero a estas alturas la opinión ajena suele importarme un carajo, así que esto no se tratara de lo mucho que odio a las personas o lo deprimido que me siento, este será el comienzo de una nueva etapa en mi vida, y quiero llevar un registro y al mismo tiempo compartirlo con quien le interese. Ya me canse de no hacer nada, creo que tengo los medios y los conocimientos para hacer algo trascendente. El ocuparme y distraerme me ha ayudado a pensar en menos pendejadas, ya saben cuáles, esas en las que uno piensa y lo sumergen en un abismo por días, semanas y hasta meses de depresión. Tuvo que pasar mucho tiempo y muchos sucesos desagradables pera que entendiera que es lo que debo de hacer. Las relaciones, las fiestas, las amistades por conveniencia, los vicios, recorrí todos esos caminos y me llevaron al mismo lugar, un lugar en el que viví mucho tiempo. Pero todo lo vivido me ayudo a entender mejor lo que debo hacer. El último año no ha sido tan bueno como hubiera querido, pero sin embargo tuve que experiencias que valieron la pena. Recientemente hice mi primer Guion cinematográfico el cual presente en el 5FICD. Aunque mi Guion no fue seleccionado, es un proyecto que pienso llevar acabo cuando disponga de los medios necesarios. Viví con mi pareja en el DF por un mes. Solo puedo decir que fue lo mejor y lo peor que me a pasado. El año pasado me salí de la carrera para entrar a estudiar Medios Audivisuales . Dure un año haciendo el cambio de carrera, pero la incompetencia de la UABC no me lo permitió. Gracias a ellos perdí un año de estudio, pero me hizo reconsiderar mis opciones, es por eso que entre el mes de mayo y junio del presente año, aplicare para entrar al CCC en el DF. Entiendo lo difícil que es quedar, pero simplemente no puedo quedarme con las ganas de intentarlo, aun asi estudiar en Mexicali en Medios no sería tan malo, pero después de las experiencias tan desagradables lo que menos quiero es estar en la Universidad Autónoma de Baja California. En fin, ya me puse muy personal y de eso no va la cosa. En próximos días este será el espacio en el que suba escritos, guiones, fotografías y hasta cortometrajes o avances de proyectos. Me puse la meta de que tengo de aquí a los 30 para hacer algo sobresaliente o estar en camino a ello, si no me pegare un balazo o algo así dramático. Últimamente la idea de que personas menores que yo o de mi edad estén haciendo algo, moviéndose, dejando huella , me da bastante en la madre, digo si Scorsese pudo hacer una película a los 24, yo también puedo. Actualmente trabajo en un par de guiones, una antología de relatos cortos, un proyecto documental experimental y en próximos días hare un corto con los medios que tenga, no saben lo frustrante que es cerrar los ojos, ver algo y querer que los demás puedan verlo como uno lo ve, todo eso se traduce en cámaras, iluminación, montaje, diseño de audio, edición, toda una producción elaborada, pero después de ver el trabajo de muchos, con tecnología del siglo pasado, menos herramientas y con mayores dificultades de producción he decido hacer las cosas a como pueda. En este punto desearía haber aprovechado las oportunidades que tuve antes y no estar cerca de tener 23 y volver a empezar la universidad, pero las cosas no pudieron suceder de otra manera, tenía que suceder tal como sucedió. En fin, por el momento aquí les dejo unas fotos de algunos momentos que fueron importantes para mi, interpreten los con libertad. Best Regards, Arturo Castillo.